“Para llegar a donde tenemos que ir, necesitamos desarrollar a las personas”. Suelo escuchar esta expresión con frecuencia y considero que tiene sentido: faltan ciertas habilidades o experiencias que son necesarias y que se requieren incorporar para responder a los retos actuales en una organización. La pregunta es ¿cómo hacerlo?, ¿es posible lograrlo con el equipo actual? o ¿se necesitan nuevas personas?
Antes de embarcarse en una revisión del grupo de talentos de su empresa, es importante tener en cuenta el contexto en el que se está pidiendo a las personas que trabajen. Hace un tiempo oí a Sir Ken Robinson compartir una idea similar cuando describió la milagrosa exhibición de flores silvestres de primavera que puede ocurrir en el Valle de la Muerte, un desierto que puede volverse estéril durante años aparentemente desprovisto de vida. Pero cuando la lluvia cae lo suficiente, cuando los vientos son buenos y cuando el calor del sol es el adecuado, las semillas de flores silvestres que han estado inactivas comienzan a florecer de manera sorprendente, llenando el desierto con un mar de flores asombrosamente hermosas. Solo necesitan las condiciones adecuadas para cobrar vida.
Una bella metáfora que podemos usar para afirmar que, si su organización se siente como el Valle de la Muerte, no culpe a las semillas por no florecer... ¡Atraiga las lluvias! Haga todo lo que esté a su alcance para crear el ambiente y las condiciones adecuadas para que su gente cobre vida, florezca.
El contexto importa. Es una fuerza que puede preparar a las personas para que den lo mejor de sí mismas, o prepararlas para que den lo peor de sí mismas. Una misma persona puede comportarse de maneras sorprendentemente diferentes dependiendo de la situación en la que se encuentre. El punto que quiero señalar es que, la situación, el ambiente, la cultura, el estilo de liderazgo y las condiciones bajo las cuales se les pide a las personas que actúen, importan. Importan mucho.
No en vano, Great Place to Work define el “Ambiente Laboral” como la percepción de los colaboradores en cuanto a los factores que determinan la calidad de su experiencia en los lugares de trabajo.
¿Realmente necesita mejorar la calidad de su gente o mejorar la calidad del contexto?
Antes de juzgar la calidad de una persona, puede ser mejor que se detenga y haga un balance del ambiente y las condiciones del lugar de trabajo.
¿Cuál es el contexto o la situación que saca lo mejor de su gente? ¿Qué puede hacer para replicar o amplificar esas condiciones?
¿Cuál es el contexto o la situación que saca lo peor de su gente? ¿Qué puede hacer para reducir o eliminar esas situaciones?
En INSPIRA creemos que la respuesta es lograr un ambiente de trabajo mediante el cual sea posible obtener lo mejor de las personas. Hoy el éxito del negocio está en generar los espacios adecuados para que el talento humano se desarrolle en un escenario más humano, donde haya más sentido de pertenencia y motivación, donde el enfoque esté más allá de la relación jerárquica transaccional y apueste por ofrecer a cada persona la oportunidad de crecer como ser humano y ser parte de una comunidad. Lograr la excelencia no es un asunto exclusivamente cuantificable a través de KPI, implica empoderar a todo un equipo para construir un propósito colectivo y en ese proceso el desafío de los líderes es crear entornos que logren ‘sacar’ lo mejor de su gente, potenciar sus habilidades y encaminarlas hacia una visión compartida.
Para avanzar en ese camino sugerimos algunos pasos que hacen parte de la metodología de Management 3.0:
· Revitalizar o energizar a las personas: Despertar en ellas la motivación y la creatividad, para mantenerlas activas y conscientes del importante rol que desempeñan en el equipo para el logro de los objetivos comunes.
· Empoderar a los equipos: Ejercer un liderazgo que permita a los equipos ser auto-organizados, donde el control está distribuido y no focalizado en una persona, cada uno tiene un objetivo claro y comprende el aporte que debe hacer en la construcción de una visión compartida. El empoderamiento requiere delegar tareas y generar confianza.
· Crear un entorno de aprendizaje continuo: Identificar los niveles de competencia requeridos por los equipos, mapear las expectativas y necesidades de desarrollo de cada miembro del equipo y a partir de ello, crear un entorno de aprendizaje continuo y seguro que forme parte de la cultura de la empresa.
· Impulsar el desarrollo de competencias: Implementar procesos de capacitación que incluyan el desarrollo de nuevas competencias y habilidades (blandas y duras) esenciales para hacer frentes a las demandas actuales del mundo laboral.
Cuando una organización reconoce que tener personas felices y satisfechas va más allá de un buen salario o de un lugar confortable para trabajar, y está más relacionado con generar un entorno saludable, caracterizado por una gestión más horizontal, flexible, más humana y enfocada en el bienestar integral de las personas, avanza con eficacia en escenarios complejos, logra no solo germinar la semilla del trabajo colectivo sino también obtener una excelente cosecha.
Commentaires